En su informe, la Fiscalía sostiene que antes del fatídico San Valentín, Pistorius hizo gala de su imprudencia disparando en lugares públicos al menos en dos ocasiones, con lo que pretende incidir en que es un hombre violento y de fácil gatillo.
Según la acusación pública, el 30 de septiembre de 2012, Pistorius disparó su 9 milímetros al aire a través del techo abierto de su coche descapotable “sin razón alguna” mientras iba conduciendo junto a su entonces novia, la también modelo Samantha Taylor.
Pocas semanas antes de acabar con la vida de Reeva, en enero de 2013, Pistorius acudió a un restaurante en uno de los centros comerciales más pijos de Johannesburgo y también “sin ninguna razón” disparó la pistola Glock 27 de uno de sus amigos, provocando daños en el suelo del local. Para la fiscalía, su comportamiento “puso en peligro la seguridad” de sus acompañantes en la mesa así como de los otros comensales ya que “por poco” no acierta al pie de uno de los presentes.
El procedimiento de la justicia sudafricana es diferente al español y el escrito de acusación del Fiscal no viene aparejado a la solicitud provisional de la condena. Sin embargo, el asesinato premeditado que se le imputa está penado con un máximo de cadena perpetua.
El juicio de Pistorius está previsto que empiece el próximo 3 de marzo, justo cuando se cumplirá un año del triste episodio que terminó con la vida de Reeva Steenkamp, de 29 años. Durante las dos semanas que durará la vista, desfilarán 107 testigos propuestos por la fiscalía, entre los que destacan familiares, la misma Taylor y el ex jugador de rugby Mark Batchelor, con el que tuvo una discusión violenta en un restaurante.
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